25 jun 2010

Consecuencias


A veces, ser voluntarista es un asco.
Voluntarismo es un término que describe las doctrinas filosóficas que sitúan la voluntad como la primera de las potencias espirituales del hombre frente a la razón.
Es un asco porque en algún momento llegan las consecuencias, y cuando pegas el tortazo con ellas NO te arrepientes de haber hecho lo que has hecho. Y sí, ésto viene a que he suspendido todo el semestre (o lo suspenderé en breve, que aún no he acabado) ^^. Tenía cuatro tristes asignaturas, una de ellas laboratorio, otra de ellas que había suspendido tres veces ya... y no voy a aprobar ni una. Molo, ¿a que sí?

Y en un momento en que debería darme de cabezazos contra la pared, diciendo que yo me lo he buscado al pasarme el semestre en la “sala de estudios” y sin mirarme ni una página de apuntes, me alegro de lo bien que lo he pasado durante estos meses. Vale, no todo ha sido bueno, ni todo fiestas, pero en general, me lo he pasado mejor que estando en clase. Un semestre sabático disimulado. Y me tendré que pasar a grado, y probablemente el semestre que viene será también sabático. He hecho lo que “me ha apetecido” en cada momento, y ahora tengo que encajar los resultados de tal decisión.

Pero he aprendido y aceptado algo importante, ya tendré oportunidad de estresarme por el tiempo cuando me independice y deba llevar mi propia vida, no tengo prisa por acabar los estudios, prefiero pasármelo bien mientras pueda. Los días en que no podré hacer lo que me apetezca llegarán, y en ese momento tendré que aprender a aceptarlo.
Hasta entonces, iré haciendo, mitad voluntad, mitad responsabilidad.

21 jun 2010

Del amigo

Si se quiere tener un amigo hay que querer también hacer la guerra por él: y para hacer la guerra hay que poder ser enemigo.
En el propio amigo debemos honrar incluso al enemigo. ¿Puedes tú acercarte mucho a tu amigo sin pasarte a su bando?
En el propio amigo debemos tener nuestro mejor enemigo. Con tu corazón debes estarle máximamente cercano cuando le opones resistencia.
¿No quieres llevar vestido alguno delante de tu amigo? ¿Debe ser un honor para tu amigo el que te ofrezcas a él tal como eres? ¡Pero él te mandará al diablo por esto!
 Zaratustra 15: Del amigo


Y cuánta razón tenías, ¿verdad? Ciertamente, la condición de amigo (amistad de verdad, hoy en día la gente confunde mucho los términos) te permite conocer detalles que dañarán, que sajarán en pedazos el alma. ¿Qué harás entonces? ¿Por qué lo debates siquiera? ¿Acaso tienes opción? La condición de amigo también te obliga a ciertas cosas. Y una de ellas es apuñalar con el arma que te ha proporcionado ésa misma persona.
¡Estúpido aquél que se gire contra ti y te reproche el daño! Pues no sabrá valorar el regalo que le haces. Los que guardan rencor, no entienden que el amigo sólo busca su bienestar. Aquéllos que ven traición, no pueden comprender que el amigo también sufre al atacar, puesto que, dejadme que os diga, el puñal usado nunca lleva mango. Pobres los que den la espalda al amigo tras ser heridos, pues renunciarán al abrazo reconfortante del ánimo y apoyo. ¡Maldito sea el amigo que rehúse dar la mano sangrante después de apuñalar! ¿Qué mayor agravio podemos imaginar que negar la ayuda al amigo que nosotros mismos acabamos de dañar?

Mucha gente no entenderá la bendición recibida cuando un amigo es capaz de tocarte tan profundamente, de abrir una brecha tan grande, de llenarse completamente con tu dolor y con su culpa; y después, simplemente, con la más grande de las paciencias, recoger los restos, y colocarlos poco a poco en su sitio, cosiendo de nuevo ese agujero.

El amigo te señalará tus más profundos temores, y te enseñará a enfrentarlos. Lo único que resta por decir es... ¿tienes valor y confianza para dar a tu amigo tal poder?

20 jun 2010

Okaeri nasai


Hoy he tenido una de esas revelaciones. Uno de esos momentos en que cosas que siempre has intuido pero no has pensado detenidamente se te presentan con una claridad pasmosa.

He llegado a casa después de una agotadora tarde de trabajo en el maldito DIA (me han tenido toda la tarde en la caja, para que cogiera soltura, ¡un sábado por la tarde!... odio la caja T_T); que ha sido precedida de una mañana de agotadora faena en casa. Al entrar por la puerta, he entendido el significado del “quiero irme de casa”.
Deseo llegar al sitio que realmente pueda llamar casa y estar tranquila. Descansar. Respirar al menos. Poder sentarme o cambiarme antes de tener tres cosas más a hacer. Que me pregunten que tal el día antes de recordarme las obligaciones que aún tengo por cumplir. Quiero entrar por la puerta y que mi perro corra a saludarme, que mi gato ronronee pasando entre mis pies, quiero darle un beso a mi chica dándome la bienvenida.

Y entonces sí, sentirme en casa.

15 jun 2010

¡Lávate las manos!

Estaba yo en la noche de hoy, leyendo el gran "Manual de Manipulación de Alimentos e Higiene Alimentaria" proporcionado por DIA para poder pasar el test y tener el carnet (aún dudo si nos darán carnet, pero ya se verá) de manipulador de alimentos. 96 páginas. De las cuales, una media a ojo de 60 páginas vienen a decir exactamente lo mismo, y prácticamente con las mismas palabras. Un ejemplo:
  • Pág. 12, punto 2.2 - Fuentes de contaminación bacteriana: "[...] Cuando un manipulador no se lava las manos después de ir al baño."
  • Pág. 16, mismo punto: "Ejemplos de este tipo de contaminación son: El manipulador contamina los alimentos al olvidar lavarse las manos después de usar el baño."
  • Pág. 57, punto 5.2 - Prácticas correctas de higiene: "[...] Las manos se lavarán con regularidad, pero el lavado es preciso: Tras usar el retrete. Entre manipulación de alimentos crudos y cocinados. Después de peinarse el pelo."
Y esto es sólo un ejemplo de pasar páginas al azar. Es decir, que la conclusión que yo saco de la manipulación de alimentos es: ¡lávate las manos! Cuantas más veces mejor.

En fin, y estaba yo quejándome de esto mismo por msn a mi querido Matsuda, cuando me salta:
Esto me recuerda a lo que nos dijo Puri, cuanto más lo repitas antes se te olvida.
Y recordando aquél día de 1º de ESO, en una de las clases de óptica (Puri era nuestra profesora de matemáticas, cálculo mental y del crédito variable de óptica, nuestra adorada Jupitonita verde -otra historia para otro momento-), en un día lluvioso de ¿otoño? yo qué sé, ¡pongamos que era otoño! En ese día, era la última clase antes de marcharnos, y yo, descuidada ya a esas edades, me pasé toda la clase repitiendo que debía acordarme de coger el paraguas al irme:
- Paraguas... paraguas... paraguas... paraguas...
- Cuanto más lo repitas antes se te olvidará - contestó Puri desde mi espalda, al oirme recitar semejante mantra. - ¿Ya habéis acabado los ejercicios vosotras dos?

La clase transcurrió sin interrupciones (o con muchas, ves a saber) y salimos hacia casa. Estábamos ya bajando las escaleras cuando Cris, en un acto de profunda crueldad (si, no lo niegues, ¡¡¡fue cruel!!! >.<) comentó:
- Oye, ¿no tenías que coger el paraguas?
¡¡OUCH!!

10 jun 2010

¿Errores?

Mira al suelo y ve las manchas rojas que lo tiñen. Sus manos llenas de heridas gotean sangre. Pero ella sigue. Debe construir de nuevo el muro. Aquél que tanto le costó derruir. No puede parar, debe levantarlo de nuevo desde sus restos. Aunque las ruinas estén afiladas y las esquirlas se le claven y hieran. No importa. Ella seguirá poniendo los bloques de su antiguo escudo de hielo, ahora teñido de brillante rojo.

Y es que no lo soporta más. Y aún así, en su interior sabe que la angustia que siente ahora es sólo un pequeño atisbo de lo que está por venir. Tiene la cierta intuición de que el dolor la devorará por completo, la sumirá en la más grande de las oscuridades, sabe que no habrá vuelta atrás si no termina antes de...

Su sangre sigue mojando el hielo del muro. Quizás le sirva de aviso, para la próxima vez que intente derribarlo.